martes, diciembre 13, 2005

La Instalación del Prejuicio

Eso lo aprendí el '91, estudiando el proceso contra Sócrates descrito por su discípulo Aristocles, más conocido como Platón, en su famoso diálogo: La Apología. Dicho mecanismo es el mismo que siglos después se ocuparía contra otro líder espiritual: Jesús, el Cristo. Si hablo de ello es porque dicha subrrutina mental es tan efectiva que no hay forma de pararla una vez activada, motivo por el cual estamos inmersos en ella hasta el día de hoy. El hecho de que nadie hable de ella es la mayor prueba de su máxima efectividad. Para saber qué es y cómo opera, analicemos brevemente ambos procesos emblemáticos.

La acusación que le costó la vida a Sócrates era, a grosso modo, la de introducir nuevas deidades y corromper la juventud de Atenas, la supuesta capital universal de la cultura. Sócrates decía que tenía un daimon, un genio o entidad semidivina, que le aconsejaba personalmente. Eso ya era terrible para un ateniense, ya que la unidad del estado se justificaba por la unidad religiosa, así que si alguien se atrevía a 'crear' una nueva divinidad, dañaba la unidad de la polis, por lo que más que un crimen religioso, una herejía, era un crimen contra el Estado. La segunda acusación se deriva de la primera, ya que al 'meterle esas ideas en la cabeza' a los jóvenes, estos desobedecían a sus mayores. Nuevo problema al orden socio político.

Esto nos revela dos cosas: primero, Atenas no es la ciudad de la alta cultura como algunos intentan presentarla, y la democracia era más para aplastar la individualidad que para el 'progreso humano', por eso es que no toleraron la radical afirmación de la individualidad que implicaba dicho daimon personal. Segundo, que la mentalidad ateniense, era mucho más conservadora, por lo que no sólo no se tomaron el tiempo para entender que Sócrates estaba hablando metafóricamente de la consciencia personal, raíz de la decisión y acción moral, que de un demonio en el sentido que le damos actualmente. Así es como se instala el prejuicio.

A la población general, siempre incapaz de comprender una metáfora compleja, es decir, la cultura de vanguardia (arte, ciencia, incluso religión), se revive en su mente el peor miedo colectivo de todos, la aniquilación, y, acto seguido, se lo asocia con esta nueva realidad que acaba de emerger ante su cara, sin su consentimiento.

Esta doble acusación: la emergencia de una realidad al interior de dicha sociedad capaz de destruirla, más la de no haberse percatado de ello hasta el momento de la acusación formal, asocia indisolublemente los peores sentimientos humanos: el miedo y la ira. Por lo que todo el proceso, desde el comienzo, es totalmente irracional. No dándose tiempo para realmente comprender qué hay de verdad en dicha acusación. El temor de ser aniquilado y la ira contra uno mismo, por no haberse dado cuenta, necesariamente termina en la transferencia de esa ira hacia el acusado, el cual termina siendo el chivo expiatorio de dicha ira social. La sociedad no puede tolerar su aniquilación, pero mucho menos reconocer su ineptitud para darse cuenta de ello. Por eso es que ambos procesos, el de Sócrates y el de Jesús, terminaron, inevitablemente en sus muertes. A Cristo se le acusó directamente de querer el poder político, la única razón por la cual los romanos matarían a alguien popular. ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?

¿A caso no te das cuenta que esa fue la plataforma que justificó el Golpe del '73?

El prejuicio es la fuerza social más poderosa de todas. Es la justificación del temor y la ineptitud de la Concertación, ¿por qué crees que sucedieron el 'boinazo' o el 'Ejercicio de enlace?

¿Por qué crees que nada ha cambiado desde que llegó la democracia? Porque si algo cambia, nuevamente saldrán los militares a matar a los hueones que se las den de revolucionarios. Por eso es que ahora nadie se autodenomina revolucionario, es tabú, por eso es que ahora nadie toca el 'modelo'. La instalación del prejuicio es el procedimiento social mediante el cual se cercena la real libertad del pueblo (otro tabú), la capacidad de creación de un nuevo orden a partir de sus necesidades y no de ideas impuestas por el miedo a las armas.

Pero la instalación del prejuicio no sólo es la actualización de tus peores temores en una nueva cara, también habla de tu pereza como ser humanos para tomar la vida en tus propias manos y así crearte un camino propio. Es más fácil autoengañarse con la falsa creencia de que tu vida está en manos de otros y no las tuyas: tanto en la de quien la amenaza de manera absoluta, como de quien se declara tu defensor desinteresado.

El caso paradigmático de estos momentos es de Bush, en representación del neoconsevadurismo occidental, y Ben Laden, de parte del neofundamentalismo islámico. Ambos han declarado que el otro es lo peor del universo para sí mismos. La prueba es que ni siquiera se han detenido un segundo a pensar, lo que ha hecho imposible que se den cuenta que son lo exactamente mismo, sólo que bajo otro rostro y otra bandera: dos mafias en pos del petróleo. Que utilizan sus respectivas religiones como ideologías para 'blanquear' sus reales propósitos y que sus líderes son dos ebrios de mierda: uno de alcohol y otro de odio.

Pos data: Por eso es que Bachelet en vez de subir está bajando.

El machismo es el peor de todos los prejuicios y su instalación es tan profunda que más que una subrrutina, como en el caso anterior, se ha transformado en el sistema operativo de la sociedad mundial, debido a que responde al trauma fundamental de la historia humana. Pero ese tema es tan vasto y es necesario destruir tantos prejuicios para abordarlo, que tendré que dejarlo para otra ocasión.

Por todo lo anteriormente expuesto, es que una mujer, si quiere llegar a algún puesto de poder, tiene que convertirse en hombre. He ahí la despiadada astucia de Piñera, al reconocer y hacer uso intensivo de este hecho fundamental; al mismo tiempo que la ceguera de Bachelet, al ignorar por completo esta realidad, y haber caído ingenuamente en la más antigua y efectiva de todas las trampas del poder: la instalación del prejuicio.

La última vez que la sociedad chilena cayó en un prejuicio, cayó Allende y junto con ello, decirle comunista a una persona era la peor humillación que podía hacérsele, si es que no le costaba la vida. El hecho de que el Junto Podemos no pase del 5% es la prueba irrefutable de la permanencia de un prejuicio después de instalado. Espero que el 'astuto' generalísimo de Bachelet, quien se ha ganado toda mi lástima, sea lo suficientemente capaz de desactivar este virus, el cual ya parece haber infectado buena parte del ambiente electoral. Se puede, pero para ello, se debe elevar el cuociente de consciencia colectiva, lo que trae como efecto colateral el no muy deseable estado de alerta permanente del pueblo. Porque, si fue capaz de desactivar esa manipulación, será capaz de desactivar otras manipulaciones, lo cual tampoco quiere la Concertación, ya que eso les obligaría a cumplir sus promesas o pagar el precio de su incumplimiento con la desafección de sus 'electores'.

Cierto es que, cada vez será más difícil 'meter el dedo en la boca' al pueblo, si llega a saber esto.

By Enrique Mena: enriquemena.c@gmail.com

El pueblo

¿Tendrá que ver con población?
 
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