viernes, enero 26, 2007

APUNTES PARA UN RÉQUIEM.

Con mi alma absolutamente destrozada por la sorpresa, escribo, a marchas forzadas, un último grito desesperado, literalmente, desde el desierto. El corazón de América está a punto de padecer un paro terminal y sólo quienes se beneficiarán de su posterior descuartizamiento se dan cuenta de ello, por lo que festejan, en silencio, su triunfo. A 13 años de suicidarse, ¿qué diría Debord de Bolivia?


Voy a transcribir la nota aparecida en el diario chileno La Tercera el día jueves 25 de Enero de 2007, referente al cambio de gabinete del Presidente de Bolivia y después comentaré como es la señal irrefutable del fin de la revolución boliviana.
El mandatario boliviano cambió a siete de sus 16 ministros, sacando a varios representantes del indigenismo.
Nuevo gabinete de Evo reforzaría perfil de izquierda.
La decisión del Presidente de Bolivia, Evo Morales, de cambiar a siete de los 16 ministros que integran su gabinete reforzarían (sic) el perfil izquierdista del gobierno, justo cuando comienza el segundo año de su período.
Según análisis hechos por la prensa local (sic) el anuncio de los cambios -concretados la noche del martes- y pese a que le mandatario había rechazado la posibilidad realizar (sic) modificaciones, incluyeron la salida de varios representantes del indigenismo que había caracterizado el primer año de su administración.
Al gabinete llegaron dos reconocidos izquierdistas, además de un líder sindical comunista del magisterio, una dirigente campesina y tres profesionales técnicos, incluida una investigadora social que asesora a movimientos campesinos. Por ejemplo, Walter Delgadillo, ex sindicalista y militante de fuerzas de izquierda, fue nombrado como titular de Trabajo, y el ex viceministro de Coordinación con los Movimientos sociales, Alfredo Rada, pasó a la cartera de Interior. En tanto, Víctor Cáceres, ex dirigente de los profesores fue nombrado como ministro del sector.
La sindicalista cocalera Célima Torrico, se hará del ministerio de Justicia, en medio de críticas de la oposición, que la acusa de haber instigado violentas protestas en contra de del (sic) gobernador opositor de Cochabamba, Manfred Reyes Villa.
Entre los técnicos nominados está el ministro de Planificación del Desarrollo, Gabriel loza, economista y el titular de Obras Públicas, Jerjes Mercado.
Entre los que abandonaron el gabinete se cuenta al intelectual indigenista Félix Patzi, y el empresario Salvador Ric, provenientes de Santa Cruz y uno de los hombre más ricos de Bolivia.
Otro de los ministros salientes es Hugo Salvatierra, quien ocupaba la cartera de Desarrollo Rural y que inició la reforma agraria con la que morales pretende confiscar latifundios ociosos para repartirlos a comunidades indígenas y campesinas.
El jefe de los diputados de la alianza conservadora Poder democrático y Social (Podemos), Fernando Messmer, opinó que Morales alejó a los ministros "que habían hecho daño a su Gobierno", como Patzi y Muñoz. Según el parlamentario, se ha consolidado un gabinete con una "línea muy clara y muy definida de izquierda", algo más técnica y de clase media urbana, "antes que indígena", dijo.
El jefe de la centrista Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, destacó la presencia "de profesionales eficientes y menos símbolos" en Trabajo y Gobierno, pero criticó la designación de Torrico en justicia al asegurar que ella "comandó la quema de la prefectura de Cochabamba".

Esto último me hace pensar en una frase que, no recuerdo donde lo leí, pero dice algo así: Si tu enemigo te alaba, no puedes esperar nada bueno de ello.
Morales ha preferido la fuerza de la debilidad a la debilidad de su fuerza. Podrá parecer un juego de palabras rebuscado y bizantino, pero ese es el primer paso en falso de la caída de todo movimiento revolucionario, pues implica la recuperación del aparato estatal por parte de la burguesía citadina, arrebatada temporalmente por el indígena. Lo peor es que al hacer esto, están volviendo al mismo Estado (de la situación) con el cual querían acabar. Es cuestión de tiempo para que ellos los convenzan de hacer lo mismo a lo que con tanta fuerza y sangre se opusieron en el pasado: el gas por Chile, sin mar.
¿De qué sirvió haber ganado si "el premio" se le devuelve gratuitamente a los mismos a quienes se les arrebató?
La Conspiración ganó sin disparar un sólo tiro. Ahora comprendo el olor a champaña que se respira en las embajadas extranjeras en Bolivia y, principalmente, la estadounidense en Chile.Lamento no tener más tiempo disponible para hacer un comentario extenso y detallado de cómo he llegado a esta conclusión, pero soy demasiado pobre para ello

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