En estos momentos me detendré para observar y admirar mi complicidad con la Fe.
La encrucijada es más que potente para un hombre débil y falto de bravura; sin embargo: “nadie se hace fuerte, si es que no pasa por el estado más débil, por él concebido”. Así es que deséeme suerte, ya que de usted extracté una sola verdad y de ella me prendaré para salir a conquistar: El amor.
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